Tiroides, ciclo menstrual y metabolismo: por qué todo está conectado
“Me noto lenta, agotada, se me cae el pelo, y aunque me cuide con la comida, no bajo ni un gramo… pero en los análisis me dicen que todo está bien”.
Si esto te suena familiar, no estás sola. Muchas mujeres viven así durante años sin saber que detrás puede haber un desequilibrio funcional de su tiroides. Hoy te cuento por qué la salud de tu tiroides está profundamente conectada con tu ciclo menstrual, tu energía y tu metabolismo.
La tiroides: una pequeña gran directora de orquesta
La glándula tiroides, situada en la parte delantera del cuello, es responsable de regular el metabolismo, la temperatura corporal, la función intestinal, el ánimo y, muy especialmente, la salud hormonal femenina.
Pero no trabaja sola. Forma parte de un eje regulador que comienza en el cerebro:
El hipotálamo libera una hormona llamada TRH (hormona liberadora de tirotropina).
Esta estimula a la hipófisis, que responde produciendo TSH (hormona estimulante de la tiroides).
La TSH actúa sobre la tiroides, que produce principalmente T4 (tiroxina), una hormona inactiva.
La T4 debe convertirse en T3 (triyodotironina), que es la hormona activa, la que regula el metabolismo en los tejidos.
Hasta aquí todo bien. Pero ¿y si esa conversión no ocurre correctamente?
¿Qué pasa cuando no conviertes bien la T4 en T3?
Aunque los análisis “estándar” salgan normales (sobre todo si solo se mide TSH), muchas mujeres tienen dificultades para transformar adecuadamente la T4 en T3.
Y sin suficiente T3, las células de tu cuerpo no reciben el mensaje metabólico. Es como si la luz estuviera apagada aunque el interruptor esté subido.
Esto puede deberse a:
Estrés crónico (el cortisol bloquea la enzima que hace la conversión).
Disbiosis intestinal o permeabilidad intestinal.
Deficiencias nutricionales: selenio, zinc, hierro, yodo, vitamina A.
Tóxicos ambientales, metales pesados o inflamación crónica.
Dietas demasiado restrictivas (muy bajas en calorías o carbohidratos).
Enfermedades hepáticas o renales (órganos clave para la conversión).
¿Y qué síntomas puedes tener?
Fatiga constante, sin energía.
Dificultad para perder peso, aunque comas sano.
Retención de líquidos.
Piel seca, caída de cabello, uñas quebradizas.
Estreñimiento.
Sensación de frío constante.
Cambios de ánimo, ansiedad, bajo estado de ánimo.
Problemas menstruales: ciclos irregulares, anovulación, reglas dolorosas o ausentes.
¿Cómo afecta esto a tu ciclo menstrual?
Aquí viene lo interesante.
La T3 tiene un efecto directo sobre el hipotálamo, donde se produce la GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas). Esta hormona es la que pone en marcha tu ciclo menstrual, estimulando a la hipófisis para que libere FSH y LH, que son las responsables de la maduración folicular, la ovulación y la producción de estrógeno y progesterona.
Si los niveles de T3 son bajos (aunque la TSH esté normal), el cuerpo interpreta que hay una situación de estrés o escasez energética. Como mecanismo de protección, reduce la producción de GnRH.
¿Por qué?
Porque el cuerpo prioriza la supervivencia frente a la reproducción. Si “cree” que no hay suficiente energía disponible (por hipotiroidismo o por estrés), frena el eje hormonal para no gastar recursos en ovular o gestar.
Esto genera:
Ciclos más largos o irregulares.
Falta de ovulación.
Reglas ausentes (amenorrea).
Infertilidad funcional.
Síntomas más intensos de síndrome premenstrual.
Todo está conectado: estrés, tiroides y hormonas
El eje hipotálamo-hipófisis-tiroides y el eje hipotálamo-hipófisis-gonadal (el de las hormonas sexuales) están íntimamente relacionados.
Cuando uno se altera, el otro también se ve afectado.
Además, el estrés crónico (ya sea emocional, físico o metabólico) activa el eje HHA (hipotálamo-hipófisis-adrenal), sube el cortisol… y adivina qué: el cortisol inhibe tanto la conversión de T4 a T3 como la producción de GnRH.
Así que si te sientes agotada, tu ciclo es irregular y además tienes síntomas digestivos, retención o niebla mental… la raíz puede estar en tu sistema hormonal y en cómo se comunican tus glándulas.
¿Qué puedo hacer?
Solicita una analítica completa: no basta con TSH. Añade T3 libre, T4 libre, anticuerpos (anti-TPO y anti-Tg) y ferritina, zinc, selenio, vitamina D, etc. Recuerda siempre debe ser interpretada por un profesional de la salud teniendo en cuenta tu historia clínica y tus síntomas.
Cuida tu intestino y tu hígado, claves en la conversión hormonal.
No hagas dietas extremas ni ayunos prolongados si tienes síntomas de hipotiroidismo: pueden empeorar el cuadro.
Gestiona el estrés con técnicas de respiración, descanso real y espacios de autocuidado.
Asegúrate de tener una alimentación rica en los nutrientes necesarios para tu tiroides.
Si te reconoces en estos síntomas o tienes dudas sobre tu salud tiroidea y hormonal, no dudes en consultar con un profesional de la salud que pueda ayudarte a evaluar tu caso de forma personalizada y acompañarte en mejorar tu función tiroidea y bienestar general.
ARTICULOS:
"Thyroid disease and female reproduction"
Este artículo revisa cómo tanto el hipertiroidismo como el hipotiroidismo pueden resultar en alteraciones menstruales, afectando la fertilidad femenina.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0015028200015892
"Hypothyroidism and Its Impact on Menstrual Irregularities in Reproductive-Age Women: A Comprehensive Analysis at a Tertiary Care Center"
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11281884/
"The Thyroid Hormone Axis and Female Reproduction"
https://www.mdpi.com/1422-0067/24/12/9815
“Thyroid Hormone Regulation of Metabolism”